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Curiosidades y anécdotas del protocolo

Hoy vamos a hablar de protocolo, porque aunque parezca algo arcaico, realmente nos puede ser de utilidad ya que simplemente son una serie de normas que nos indican cómo actuar y desenvolvernos en diferentes situaciones de forma que tanto nosotros como los demás estemos cómodos.

Hay muchas situaciones (celebraciones, comidas de empresa, de negocios, reuniones, etc) en las que nos sentimos perdidos por no saber qué hacer, es decir, por no saber qué protocolo de actuación seguir. Muchas veces es en esos momentos cuando querríamos tener un manual de instrucciones, pues bien, eso es el protocolo: un manual de instrucciones para saber qué hacer. (También hay veces que nos gustaría darles el manual a los demás porque sufrimos su falta de educación...)

Me voy a centrar hoy en el protocolo en la mesa.

 ¿Qué es lo primero y fundamental?

  • Recordar que el protocolo es una cuestión de educación y respeto hacia los demás. Por tanto deberíamos seguir el protocolo en la mesa siempre, y no sólo cuando vamos a una celebración importante.
  • Se trata de que todo el mundo se sienta cómodo, por eso simplemente hemos de utilizar el sentido común:

Ejemplos:

-a nadie le gusta ver comida masticada, por lo que masticaremos con la boca cerrada y no hablaremos con la boca llena.

- A nadie le gusta que le pongan un codo en la nariz, por eso no debemos pasar nuestro brazo por encima de los platos de los demás, si no alcanzamos algo, pedimos que nos lo pasen.

-A nadie le gusta que le ignoren: móviles fuera. La comida es un acto social.

-Los codos en la mesa: restan espacio a los de al lado.

Lo importante no es el protocolo en sí, ni es algo rígido que seguir a pies juntillas, siempre debe prevalecer el sentido común y procurar que nadie se sienta incómodo.

Para ver unos ejemplos de cómo el protocolo se va adaptando a las diferentes épocas y circunstancias...voy a comentar algunas de las curiosas normas sobre protocolo en la mesa que dejó escritas Leonardo da Vinci, quien fue a la vez: pintor, arquitecto, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor y......(quizás su faceta menos conocida) también maestro de ceremonias del duque de Milán Ludovico Sforza.

En su época, era muy frecuente la celebración de banquetes y festines de todo tipo, y Da Vinci recopiló, entre otras, las siguientes normas:

  1. Ningún invitado ha de sentarse sobre la mesa, ni de espaldas a la mesa, ni sobre el regazo de cualquier otro invitado. Parece obvio ahora...pero en esa época por lo visto no lo era tanto: encima de la mesa sólo la comida, y cada comensal debe tener su espacio.
  2. No ha de tomar comida del plato de su vecino de mesa a menos que antes haya pedido su consentimiento. Norma que actualmente muchas personas olvidan...
  3. No ha de poner trozos de su propia comida de aspecto desagradable o a medio masticar sobre el plato de sus vecinos sin antes preguntárselo. Se ponen disimulados a un lado de nuestro propio plato. El plato del vecino debe ser intocable.
  4. No ha de tomar comida de la mesa y ponerla en su bolso faltriquera para comerla más tarde. Esta todavía tiene su vigencia.
  5. No ha de escupir frente a ningún comensal, ni tan siquiera apartando su cara a un lado
  6. No ha de dejar sueltas sus aves en la mesa. Ni tampoco serpientes ni escarabajos. Las mascotas y animales de compañía, en la mesa no. Mejor en otra estancia.
  7. Tampoco ha de prender fuego a su compañero mientras permanezca en la mesa. Gamberradas en la mesa, prohibidas.
  8. Si hay un asesinato planeado para la comida, lo más decoroso es que el asesino tome asiento junto a aquél que será el objeto de su arte (y que se sitúe a la izquierda o a la derecha de esta persona dependerá del método del asesino), pues de esta forma no va a interrumpir tanto la conversación si la realización de este hecho se limita a una zona pequeña. Un buen asesino se valora, en gran medida, por su habilidad para realizar su tarea sin que lo advierta ninguno de los comensales y, menos aún, que sean importunados por sus acciones.
  9. Después de que el cadáver (y las manchas de sangre, si las hay) ha sido retirado por los servidores, es costumbre que el asesino también se retire de la mesa, pues su presencia a veces puede perturbar las digestiones de las personas que se encuentren sentadas a su lado, y en este punto un buen anfitrión tendrá siempre un nuevo invitado, quien habrá esperado fuera, dispuesto a sentarse a la mesa en este momento.

Como veis, todo muy civilizado...

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